Leerte es como asomarse al interior de una casa donde cada cosa está en su sitio, no porque sea perfecta, sino porque ha sido puesta ahí con sentido. Eso se siente. Y también se agradece.
Me ha resonado profundamente esa idea de que no todo merece testigos, al menos no de inmediato. En un mundo tan ruidoso, donde se nos empuja a compartir incluso lo que aún no hemos terminado de sentir, tus palabras invitan al resguardo, al silencio fértil, al respeto por los propios ritmos. Y eso, más que una estrategia, es una forma de cuidado.
Comparto esa vivencia que nombras: cuando el impulso de contar no es realmente compartir, sino buscar afirmación. Me ha pasado, y a veces el eco que uno recibe de vuelta no es abrazo, sino juicio, o desconcierto. Por eso también he aprendido —a veces por las malas— a elegir con más calma los espacios donde abrir lo que todavía está en construcción. No es esconderse. Es habitarse.
Gracias por recordarnos que no todo lo honesto tiene que ser visible. Que hay una verdad íntima, callada, que se está haciendo fuerte precisamente porque no se expone antes de tiempo.
Seguimos caminando, cada uno en su tramo, pero con señales como la tuya que alumbran desde dentro.
Porque lo que escribiste es 100% real —y se siente profundamente.
Hay algo muy especial en saber que lo que una comparte, desde su propio caos o su propio intento de claridad, puede tocar así la vida de otra persona. Que lo que alguna vez dolió, confundió o simplemente necesitó tiempo… hoy sirva para ayudar a alguien más a darle forma a lo que también ha estado guardando.
Leerte fue como un espejo suave. Como una validación silenciosa de que no estamos tan solos en este intento de habitarnos con verdad y con cuidado.
Gracias por poner en palabras eso que también necesitaba escuchar.
Gracias por tu forma de mirar, de nombrar y de acompañar ☁️✨
Todo lo que te diga después del mensaje de Pedro se va a quedar corto (y mucho peor escrito).
Pero me ha tocado bastante este tema.
Ya sabes que siempre hablo desde mi experiencia. Desde que tengo uso de razón siempre he compartido todo lo que se me pasaba por la cabeza. Proyectos, actividades, etc.
Ahora entiendo que muchas veces lo compartía a modo de búsqueda de validación externa. Buscar un wow enserio quieres hacer eso? Que crack. Y en la mayoría de ocasiones, no llegaba a ejecutar nada.
Me he dado cuenta que funciona mejor trabajar en silencio hasta ejecutar lo que quieres hacer. Y como dices, tener a tu círculo interior como únicas personas con las que compartir lo que quieres hacer. Y quizás no por pedir ayuda, si no por asumir tu propia responsabilidad una vez lo expones.
jajaja Nico, es que Pedro nos pone la vara muy alta a todos.
Pero con lo que me compartes, me siento totalmente identificada.
A veces uno no se da cuenta de cuánto necesita la validación externa hasta que empieza a construir en silencio y se topa con su propio eco. No siempre es fácil sostenerse ahí —sin aplausos, sin testigos, sin felicitaciones— pero creo que es en ese lugar donde nace lo que realmente tiene raíz.
Y sí, hay algo muy poderoso en elegir con conciencia quiénes forman parte de ese círculo interior. No por esconder lo que hacemos, sino por protegerlo mientras se va formando.
Gracias por seguir compartiendo desde ese lugar tan honesto. Se nota cuando alguien habla desde lo vivido.
Leerte es como asomarse al interior de una casa donde cada cosa está en su sitio, no porque sea perfecta, sino porque ha sido puesta ahí con sentido. Eso se siente. Y también se agradece.
Me ha resonado profundamente esa idea de que no todo merece testigos, al menos no de inmediato. En un mundo tan ruidoso, donde se nos empuja a compartir incluso lo que aún no hemos terminado de sentir, tus palabras invitan al resguardo, al silencio fértil, al respeto por los propios ritmos. Y eso, más que una estrategia, es una forma de cuidado.
Comparto esa vivencia que nombras: cuando el impulso de contar no es realmente compartir, sino buscar afirmación. Me ha pasado, y a veces el eco que uno recibe de vuelta no es abrazo, sino juicio, o desconcierto. Por eso también he aprendido —a veces por las malas— a elegir con más calma los espacios donde abrir lo que todavía está en construcción. No es esconderse. Es habitarse.
Gracias por recordarnos que no todo lo honesto tiene que ser visible. Que hay una verdad íntima, callada, que se está haciendo fuerte precisamente porque no se expone antes de tiempo.
Seguimos caminando, cada uno en su tramo, pero con señales como la tuya que alumbran desde dentro.
Pedro, me emocionaste de verdad con tus palabras.
Porque lo que escribiste es 100% real —y se siente profundamente.
Hay algo muy especial en saber que lo que una comparte, desde su propio caos o su propio intento de claridad, puede tocar así la vida de otra persona. Que lo que alguna vez dolió, confundió o simplemente necesitó tiempo… hoy sirva para ayudar a alguien más a darle forma a lo que también ha estado guardando.
Leerte fue como un espejo suave. Como una validación silenciosa de que no estamos tan solos en este intento de habitarnos con verdad y con cuidado.
Gracias por poner en palabras eso que también necesitaba escuchar.
Gracias por tu forma de mirar, de nombrar y de acompañar ☁️✨
Todo lo que te diga después del mensaje de Pedro se va a quedar corto (y mucho peor escrito).
Pero me ha tocado bastante este tema.
Ya sabes que siempre hablo desde mi experiencia. Desde que tengo uso de razón siempre he compartido todo lo que se me pasaba por la cabeza. Proyectos, actividades, etc.
Ahora entiendo que muchas veces lo compartía a modo de búsqueda de validación externa. Buscar un wow enserio quieres hacer eso? Que crack. Y en la mayoría de ocasiones, no llegaba a ejecutar nada.
Me he dado cuenta que funciona mejor trabajar en silencio hasta ejecutar lo que quieres hacer. Y como dices, tener a tu círculo interior como únicas personas con las que compartir lo que quieres hacer. Y quizás no por pedir ayuda, si no por asumir tu propia responsabilidad una vez lo expones.
jajaja Nico, es que Pedro nos pone la vara muy alta a todos.
Pero con lo que me compartes, me siento totalmente identificada.
A veces uno no se da cuenta de cuánto necesita la validación externa hasta que empieza a construir en silencio y se topa con su propio eco. No siempre es fácil sostenerse ahí —sin aplausos, sin testigos, sin felicitaciones— pero creo que es en ese lugar donde nace lo que realmente tiene raíz.
Y sí, hay algo muy poderoso en elegir con conciencia quiénes forman parte de ese círculo interior. No por esconder lo que hacemos, sino por protegerlo mientras se va formando.
Gracias por seguir compartiendo desde ese lugar tan honesto. Se nota cuando alguien habla desde lo vivido.
Abrazos
Me encanta esta publicación, muchas gracias por compartir.
gracias a ti por conectar con lo que escribo!!
Al leer esto vinieron a mi mente unas ideas, las explicaré de la siguiente manera:
Si quieres que una semilla crezca y de frutos debes sembrarla, darle los nutrientes,
cuidarla de lo exterior, de lo que la pueda dañar.
Dejar que eche raices, que se fortalezca y este lista para salir a la superficie,
una vez allí, hay que seguirla alimentando, cuidando, regando.
Necesita un espacio oscuro, profundo, donde solo le llegue lo que necesita,
esto que digo no aplica para todo, ya que a veces lo que debemos hacer es aprender a utilizar lo que recibimos del exterior.
Pero lo cierto es que, sí, no a todos se le debe mostrar lo que crece en nosotros, lo que hay, lo que hemos decidido,
necesitamos más a personas que nos influyan favorablemente,
que nos ayuden a caminar hacia nuestras metas, no que representen obstáculos hacia ellas.
Gracias por complementar con tus ideas 🤎 un abrazo
Amé cada palabra, es la conclusión a la que he llegado hace unos días. Hoy decido que parte de mi comparto y cuál no 🥰
Me alegra saber que también estás en el mismo camino Ale ☁️🤎 siempre es una fortuna encontrar personas que piensan igual en ciertas cosas.
❤️🫂